Memorias de un Cazador(III): El primer gran bache, el gran Yian Kut-Ku de la Jungla


Como prometí, aquí teneis la siguiente historia sobre Monster Hunter. Tras realizar mi primera misión urgente, la caza de un Velocidrome (el macho alfa de los velocipreys), conseguí que me ascendieran a las misiones de 2 estrellas. Al fin podría empezar a cazar monstruos que supusieran un desafío (obviando al Rathalos del capítulo anterior, ese era un desafío demasiado grande). Como desconocía a los monstruos por su nombre, opté por el primero que aparecia: el gran Yian Kut-Ku de la jungla. Estaba bastante emocionado, al fin podría tener un duelo épico con un monstruo de verdad. ¡Tomé el camino hacia la jungla y salí a la aventura!



Era la primera vez que venía a este lugar, y la primera impresión fue bastante buena: una jungla con ruinas antiguas, me recordaba a Indiana Jones y a Crash Bandicoot, era un buen sitio para mi primera caza de un Wyvern. Me equipé con los suministros de la misión, tomé las raciones pertinentes y salí en busca de ese misterioso Yian Kut-Ku. No sabía hacia donde ir, el camino se bifurcaba entre la zona 1 y la 2. Por atracción a las ruinas opté por la 2, y acerté, allí me esperaba el peculiar Yian Kut-Ku.




Sí sí, al ver su aparición todos pensamos “Pero si no es más que un simple pollo”. Desenfundé mi pequeña Espada de Cazador y me dirigí con un ansía asesina a asestarle el primer golpe. El primer golpe me lo dio a mí con un coletazo por toda la cara. Al ver como había bajado la barra de vida, ví el grave error que había cometido subestimandolo. Bien, tenía que cambiar la estrategia. Dentro de los suministros contaba con una bomba barril grande y una pequeña para detonarla, sería mi baza para al menos hacerle un gran daño. Me alejé lo que pude y me puse a preparar el barril grande. Mientras lo colocaba el Yian Kut-Ku se me acerco y soltó una bocanada de fuego que dió de lleno en el barril, explotandome en la cara y dejandome inconsciente. Quedaban dos intentos.



Por suerte aún estaba en esa zona. Tenía que mantener la clama, pero el nerviosismo iba en ascenso. Nada más verme aparecer, se abalanzó sobre mí volando, pude esquivarlo con facilidad. Empecé a atacar las patas, pero el daño que realizaba con sus pasos cada vez era mayor, así que me tuve que alejar. De un salto me lanzó varios picotazos que agotaron mi resistencia, y el último de ellos acabó conmigo. Esto no estaba transcurriendo como esperaba. Sólo me quedaba una oportunidad, y debía darlo todo.


Ahí seguía, en el centro de la zona 2, me dirigí hacia él y esquive su primera embestida. Al final de ésta cayó por el suelo, momento que aproveché para caer sobre él con mi espada. Esquivé un par de golpes más y en el momento en el que paró a descansar y rugir, le coloqué la bomba pequeña. Al estallar, el agudo oído del Kut-Ku se volvió en su contra. El animal acabó mareado debido al sonido de la bomba, dándome unos segundos que aproveché para asestarle el mayor número de golpes posible. Parecía que todo empezaba a ir viento en popa, pero en cuanto se recuperó, ocurrió algo que desconocía debido a mi inexperiencia: empezó a soltar humo por la boca, a dar saltos furiosamente y a rugir sin cesar. Su ira se había desatado.


Sin tan siquiera darme tiempo a reaccionar, me atropelló de una embestida escupiendo fuego, cosa que me vació media barra de vida. Al levantarme, a duras penas pude esquivar un par de coletazos, pero la segunda embestida fue demasiado para mí. Se acabaron mis oportunidades, misión fallida. No sabía cómo demonios iba a poder derrotar a esa bestia tan peculiar, que se convirtió en mi primer (y el de muchos) gran bache del juego. Si algo que se asemejaba más a un pollo que a un dragón suponía tal dolor en el culo, ¿cómo serían los demás? Lo intenté varias veces más, probando cosas distintas sin éxito, hasta que desistí y busque otras misiones, pues me estaba quedando sin dinero, pero esa es otra historia.



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