Recuerdo claramente la primera vez que tomé contacto con esta gran saga. Fue hace ya 7-8 años (no soy muy bueno para las fechas). Había leído algo sobre él en una Hobbyconsolas que tenía por mi casa, era Monster Hunter Tri, pero al ver que era para Wii, plataforma de la que no disponía, no le presté mucha atención hasta que un día un amigo me habló sobre un juego de dinosaurios y caballeros medievales para PSP (ésta sí la tenía, y la aproveché al máximo). No sé por qué pero antes de decirme el título del juego algo hizo click en mi cerebro relacionandolo con ese artículo que había leído en la revista. Efectivamente se trataba de Monster Hunter, en este caso la entrega Freedom. Yo que soy un apasionado de los dinosaurios y me encanta todo lo relacionado a armaduras y estética medieval, decidí darle una oportunidad.
Encendí la PSP, seleccioné el juego y al ver la miniatura escuchando el tema principal algo me decía que estaba ante un juego que prometía. Presioné el botón X dispuesto a entrar en este mundo de cazadores y grandes bestias y tras ver el logo de CAPCOM lo que apareció ante mí me dejó perplejo:
Ese mundo vivo, repleto de dinosaurios y dragones (wyverns), esas armaduras, y sobretodo ese wyvern llamado Rathalos, que llegaba ante la presa y dejaba a todos sus competidores sin poder hacer nada para arrebatarsela junto a esa obra maestra de banda sonora me dejó maravillado.
En cuanto acabó esta intro me dispuse a crearme el avatar que haría de mí en ese fascinante mundo, y una vez entré en él, no pude hacer más que maravillarme de nuevo. Estaba en Kokoto, un pequeño pueblo dentro de ese gran mundo, dentro de la región de Schrade. Apenas tenía un par de casas, una granja y una taberna, pero su ambientación medieval me fascinaba, incluso tras nuestra casa había una espada clavada en piedra como la del Rey Arturo, que más tarde nos enteraríamos que pertenecía al Héroe de Kokoto.
Tras hablar con el Jefe de Kokoto, me embarqué en mi primera misión: encontrar carne cruda. Para muchos os parecerá una tontería, pero era mi primera vez, así que había que aprender lo básico. Aparecí en un campamento en Bosque y Colinas, y tras equiparme con los objetos del baúl de equipamiento, partí hacia la primera zona con mi espada y escudo. Al salir del campamento la imagen era digna de admirar.
Tenía delante de mí a los herbívoros que aparecían en la intro del juego, llamados Aptonoth, y siguiendo los consejos del Jefe de Kokoto, desenvainé la espada y me dispuse a cazarlos uno a uno, sintiendo un poco de lástima por el más pequeño de la manada, al que dejé escapar, pues ya sabéis el dicho de “Pezqueñines no, gracias”. Tras completar la misión y entregar lo que se pedía, sentí que a pesar de lo fácil que fue esta toma de contacto, se abría ante mí un mundo con multitud de posibilidades, y más aún cuando mis amigos se unieran a la aventura en las misiones cooperativas.
Esta fue la primera de muchas aventuras dentro de este mundo de monstruos y cazadores. Pero ya no os aburro más con mis historias y os animo a probar esta maravillosa saga. Tal vez otro día me decida a contaros alguna de estas otras historias. !Un saludo cazadores, y buena caza!
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